
La actual crisis sanitaria que vivimos a nivel mundial pone en jaque a la economía de España y del mundo. No sería de extrañar que, debido a la crisis del coronavirus, se produzca un grave impacto en el mercado residencial español, concretamente en el precio de la vivienda de segunda mano.
Todo incitaba a pensar que 2020 sería el año de la consolidación, o mejor dicho moderación, del sector inmobiliario.
A pesar de ello, las altas expectativas económicas de los propietarios habían llegado a límites inalcanzables. Otros factores como la incertidumbre geopolítica, tanto a nivel nacional como internacional, estaban generando gran desconfianza entre la débil demanda de compradores.
Esto, junto a la reforma de la Ley Hipotecaria, estaba desembocando en un aumento considerable del tiempo medio de venta de los inmuebles. Es por ello que comenzábamos a ver los primeros descuentos en los precios.

COVID-19, el nuevo enemigo del sector inmobiliario y de la economía global
La crisis provocada por el coronavirus a nivel gloval ha desencadenado una serie de dudas que, a día de hoy, son muy difíciles de interpretar. Los expertos vaticinan que, durante los próximos meses, las compraventas pueden verse afectadas considerablemente respecto a 2019, cayendo entre un 60-80%, según fuentes.
Desde que el pasado 14 de Marzo el Gobierno declarase el estado de alarma, muchas fueron las inmobiliarias y las notarias que se vieron obligadas a descolgar el teléfono. Las primeras medidas fueron aplazar sus firmas organizadas, debido al alto riesgo de propagación del virus.

Asimismo, todas las visitas a inmuebles con posibles clientes fueron paralizadas, pues no es una actividad considerada de primera necesidad, por lo tanto no permitida cuando se decreta un estado de alarma. Por estos motivos, se prevé que el sector se paralice durante, al menos el mes de Marzo y Abril.

ERTE + decrecimiento global = Miedo
Una de las primeras reacciones al decreto de estado de alarma fue la solicitud masiva de Expedientes de Regulación Temporal de Empleos (ERTE) por parte de las empresas.
La destrucción de empleo junto con la radical desaceleración de la economía y el turismo, entre otros sectores, generan un gran miedo en la las familias y sus bolsillos.
Muchas son las razones que hacen inevitable pensar que las operaciones de compraventa de pisos, así como las hipotecas, se verán gravemente afectadas. Es por ello que se prevé que el precio de la vivienda se vea gravemente afectado por el coronavirus.
Cada día que pasa se ven mas rebajas en los principales portales inmobiliarios, unas motivadas por tener previamente un precio excesivamente alto, otras por necesidades económicas de los propietarios y otras básicamente por la incertidumbre y el miedo que genera esta grave crisis sin precedentes que nos ha tocado vivir.